Post n° 600: Todo vuelve, como vos decís.

Soy de las personas que cuentan las mismas historias una y otra vez. Es más. Esto ya lo había contado en este post donde se lo atribuyo integramente a la genética.
En fin.
Viendo como me iba acercando inevitablemente al post n° 600, me envicié con el botón de retroceso y me puse a leer mis primeras historias. Fue grande (y mágica) la sorpresa al ver que, cuando esto de los blogs comenzaba y era aún un misterio, yo me encontraba peligrosamente en el mismo lugar en el que me encuentro ahora. Recién salida de una zona cómoda, temiendo que cambie lo que me permití perder, escuchando "Cut here" ves tras vez y convencida de que el amor nunca me iba a pedir perdón. Mis primeras historias eran claramente sobre la recuperación de alguien que escogió repentinamente estar sola, convencida de que el espíritu humano es elástico y permeable, y que a pesar de la soledad se sentía toda una superviviente.
Y hoy me encuentro en el mismo lugar.
Y es lo mismo, pero diferente.
No puedo evitar pensar en que tal vez todo esto es un ciclo, y que (sin elusión ni remedio) todo ocurrirá nuevamente bajo nuevos parámetros, nuevas gentes y nuevos yoes, puesto que yo he cambiado.
Hay desenlaces que implican el final de una historia. Este desenlace solo implica el comienzo de un nuevo ciclo. Igual, pero diferente.
*Feliz Post n° 600*
Esta celebración se la dedico a la gente nueva que se ha sumado a mi ciclo sin pedir permiso y dispuestas a desordenarme los papeles. Y, como siempre, se la dedico al amor. Tal vez no al amor como realmente sucedió, sino como me gustaría recordarlo.

(*) Escuchando Mil Caminos, de Lucybell. Violéntame, Sonríeme. Al final de mil caminos, siempre habrá desvíos.
(*) Créditos: a Fito Páez y "Fue Amor" por el título de este post. A The Cure y "Cut here" por una canción más que estupenda, y a Liber Falco por "Lo que fue", uno de mis poemas favoritos.