Clouds in my coffee

Renacuajo,
esta es la última semana en la que te llamaremos un embrión, pues a partir de la próxima ya pasarás a ser un fetito. Esta semana ya tienes coditos, rodillitas y párpados, y aunque pareces todavía un alien, ya podemos decir que eres todo un ser humano. Ahora solo te falta crecer un poquito para que puedas nacer.

Y eso es algo que vas a hacer toda tu vida: crecer y nacer. Yo estoy en proceso de hacerlo estos días.

Hay días en que, Renacuajo, no te va a sentir del todo genial. Vas a tener ganas de acurrucarte en la cama, de no pensar mucho, de que te abracen fuerte, de dejar que pasen las horas. Hay momentos en los que te va a provocar derrumbarte sin importar los moretones, correr sin importar el cansancio y detenerte, sin importar lo que dejes de avanzar. Hay días en los que vas a sentir todo mucho más, querer todo mucho más, doler todo mucho más. Pero no desesperes, Renacuajillo: En esos días, si tienes suerte, vas a tener amigos que te van a hacer sentir abrazado y calientito como te sientes tú ahora en la barriga de mamá. Sabiendo que nada, nada te va a pasar.

A pesar de la distancia, pasé toda la tarde con Pili y Clau en una sesión skypesística donde ideamos el plan KB 265 entre risas y quesehacreidos, y Cali recibió mi llamada como quien recibe un abrazo: con un abrazo de vuelta. Son, quiéranlo o no, quienes mejor me conocen. Con amigos como ellos, no hay lugar para sentirse sola.

Así que, Renacuajo, no temas en los momentos bajos de tu vida. Apóyate en los que te quieren y te conocen, nútrete de ellos hasta que te hagan crecer, vence los obstáculos... y nace de nuevo.

*escuchando Cuando quiero sol, de Presuntos Implicados.
*estado de salud: con harto moco