Temporadas y siempre lo mismo, el regreso

Balance de medio año, el 1ero de julio:
Tomé más fotos, pastillas y martinis de los necesarios. Todos me parecieron espléndidos. Tuve más nicks por día que lo normal y viajé sin esperarlo. Escuché más canciones nuevas que nunca, descubrí todas las canas en mi cabeza y aunque lloré el primero de enero no he vuelto a cometerlo desde ese día. Recuperé viejos amigos, gané otros nuevos, volví a escuchar la palabra "motivación" después de muchos años y regresé al teatro por la puerta de atrás (la única por la que se puede entrar si uno quiere pararse en el escenario). Me volví groupie sin querer queriendo y varias veces llegué a mi casa de día después de juergas o conversaciones. Me creció el corazón de nuevo (carajo) y en verdad lo siento nuevecito pues no me sacuden los baches aún. Volví al pelo marrón después de 3 años de rubitud absoluta, y aunque mis jeans ya no me quedan tan bien como a principios de año, me los sigo poniendo igual. Me vi al espejo muchísimo y cerré los ojos un par de veces. Me sorprendí, me sorprendieron, hiperventilé y me abaniqué. Me compré muchas medias y mucha ropa rosada, me comí muchos sublime stick, caminé por muchos parques, escribí muchas historias y di uno que otro beso, esperando que estuviera bien dado.
Balance general: buenísimo, a pesar de los monsters under my bed. La siguiente mitad será mejor.