Te ví y te amé

Pequeño Renacuajo:
Tu tía Mariellita no te escribe hace buen tiempo, ¿no? Mal mal mal. Aunque no creo que me hayas estrañado, pues has estado muy ocupado desarrollando tus huesitos y formando tus deditos. Ya tienes 11 semanas y debes estar midiendo unos 7 centímetros, lo cual te haría el jinete perfecto de la vaquita que tengo como llavero. Es una vaca preciosa y te la presentaré algún día.
El tema del día de hoy es el amor a primera vista. Cuando era una risueña quinceañera creía fervientemente en love at first sight. A través de los años y las experiencias, descubrí que el amor, más que ser un encaprichamiento veloz, es un sentimiento que supera los caprichos, el deseo, y hasta el enamoramiento mismo. Como dijo alguna vez mi adorado Cali, poner el amor en palabras humanas es imposible, y por lo mismo no pretendo profundizar sobre lo que se siente sentir amor. Es, francamente, indescriptible. Déseché el amor a primera vista y lo guardé en un cajón.
Sin embargo, y repensándolo bien, pienso que el amor a primera vista sí existe: y es, de seguro, el amor más puro que hay. Te aseguro, renacuajillo, que cuando tu mamá te abrace por primera vez en setiembre se va a enamorar instantáneamente; y a los pocos segundos sentirá por ti el amor más grande que haya sentido jamás. A Fernando se le va a caer la baba, te lo aseguro, y serán las babas de amor más sinceras del mundo. Y yo, tu tía favorita (desde ya te lo digo, seré la favorita, me oyes) te amaré también ni bien te tires tu primer chanchito en mi hombro y cojas mi dedo pulgar con toda tu manita. Y te amaré por siempre.

*mi nick hoy: Big Bellow Baxi