Esas cosas de la vida

Pequeño Renacuajo:
Espléndidas noticias. En dos semanas exactitas tu tía Mariellita y los abuelos Luchita y Willy van a ir a visitarte a ti y a tus papis. Formidable, ¿no? Por supuesto que tu no te vas a dar cuenta porque sigues aún dentro de la barriga de Mamá Cecilia, pero créeme que me emociona mucho saber que voy a poder estar cerca de ti. En estos días ya tienes 12 semanas de vida, pesas 30 gramos y aunque no lo creas, ya haces pis. Son esas cosas curiosas de la vida que dan risa cuando las escuchas pero, lo creas o no, son verdad.
Hablando de cosas curiosas de la vida, te contaré que en nuestra familia suelen suceder cosas peculiares. La primera cosa peculiar fue el nacimiento de tu tío Guille, pero de eso hablaremos en otro capítulo. Una de las últimas cosas extrañas que sucedió en nuestro hogar fue, ni mas ni menos, el microondas.
Hace unos años tus abuelos osaron irse de viaje a visitar a Guille (siempre su culpa...) y nos dejaron a Cecilia y a mi con el microondas malogrado.
Horror.
De vuelta a la época de las cavernas, Cecilia y yo desempolvamos las teteras y las ollas y refunfuñamos una semana entera ante la falta del dichoso aparato. A la vuelta de los abuelos, y presos de nuestros gritos desgarradores, compraron el primer microondas que vieron sin informarse muy bien si valía la pena o no. No delataré la marca del aparato, pero debo recalcar que a partir de esa compra, Life was not Good.
El bendito micro nunca funcionaba de lunes a viernes de 7pm a 9pm.
Por alguna extraña razón decidía tomar un break a la hora en que todos llegamos del trabajo y , joracas, queriamos algo caliente. Mi padre, que solía llegar de trabajar después de las 9, nos decía a las mujeres de la casa que seguro mirábamos mal al microondas o apretábamos los botones equivocados, porque a él siempre le funcionaba de maravillas. Bastó que empezase a venir media hora más temprano para darse cuenta de su fatal error.
Por años intentamos los trucos más inútiles para echar a andar el bendito microondas en el horario prohibido. Que primero en high, que primero un minuto, que de a poquitos arrancará. Terribles e innumerables momentos de angustia con la sopa fría y la panza gruñendo.
Pues esta semana mis papás decidieron volver a serle fieles al Cheff Samsung y desecharon el viejo aparato, relegándolo al rincón para que sirva para guardar libros o para apoyar los floreros. Y ahora el microondas funciona cuando a mi se me pega la gana.
Este largo cuento tiene como objetivo una sola lección: A veces, las cosas no tienen que ser perfectas para que sean geniales. Por algún extraño motivo extraño mi microondas con personalidad, extraño su negativa a funcionar ese par de horas diarias y extraño mis malditomicroondascalientadeunavez. Era peculiar, curioso, divertido. A veces son esas cosas inentendibles, just because, las que son estupendas y le dan ese algo especial a cualquier tarde. Just Because.
Renacuajín, no te muevas mucho que ahi llego en dos semana. Mamá Cecilia no me va a dejar cantarle a la panza como me gustaría pero te aseguro, ***lo haré sin que se dé cuenta***

*escuchando Hawaii Bombay de Mecano, no tengo la más mínima idea por qué...