domingo, enero 21, 2007

Cosas útiles sobre la vida

Querido Zigotín (así te dice tu tío Guille):
Ya debes estar midiendo como 4 milímetros (osea como un granito de arroz). Ya que tu corazón ya está latiendo regularmente, aprovecho la situación para darte algunos consejos para que, precisamente, no termines nunca con el corazón roto. Sé que lo sentirás roto en algún momento, pero espero que con los sabios consejos de tu tía Mariella sepas pegar los pedacitos nuevamente y echarlo a andar sin problemas.


  • Nunca te calles la boca. Si algo te jode (pardon the french), dilo. Si algo te asusta, dilo. Si algo te encanta, dilo. Si algo no te gusta, dilo. Si quieres a alguien, dilo. Si tienes ganas de gritar sin sentido (lo vas a hacer mucho los primeros meses de tu vida), DILO. Probablemente muchas veces te gane la vergüenza y prefieras quedarte calladito, pero créeme... con los años aprenderás que te vas a arrepentir muchas veces, pero nunca tanto como de las cosas que dejaste de decir.

  • Nunca escatimes ni los besos y los abrazos: créeme, no se gastan. Recuérda también que uno no solo está próxima a las personas cuando está cerca, ni viceversa: mantente siempre cerca al corazón de quienes te rodean, a pesar de los kilómetros o centímetros que puedan separarlos.

  • Recuerda que no solo se mira con los ojos, ni se escucha con los oídos, ni se avanza con los pies. Aprende de lo que observas, de lo que escuchas y de los pasos que das. Empápate de lo que te rodea. Y luego, desparrámalo por todas partes. No hay corazón más chico o más duro que el que no quiere empaparse del mundo y henchirse hasta ser inmenso.

  • Cáete. Y levántate. Cuando des tus primeros pasos te caerás a menudo y llorarás un poquito, pero rápidamente te levantarás y lo seguirás intentando. Por alguna extraña razón, con el pasar de los años, perdemos esa perseverancia y nos da miedo continuar después de una mala caída. Pues no te rindas. Levántate y camina a pesar de los moretones, y si te tienes que caer de nuevo, cáete con la seguridad de que te levantarás en algún momento. Y si te cuesta hacerlo solo, nunca temas en pedir ayuda.

  • Sonríe. Con la boca y con los ojos. A nadie le gusta la gente que no sonríe, y el corazón se cansa cuando no está contento. No importa si no heredas la sonrisa perfecta de tu mamá, así tengas los dientes por todas partes, sonríe igual. Y sonríe de nuevo después.

Esas son algunas de las cosas que te puedo enseñar por el momento. Cuando te crezcan las orejas, te enseñaré otras cuantas más. Y si alguna vez me olvido de seguir mis propios consejos... recuérdamelos. Pero te advierto que cuando lo hagas, te apachurraré con furia y desenfreno.

7 comentarios:

darling dijo...

Me has hecho shorar Tía Mariella :)

Güero Gargurevich dijo...

cuando nazca el pequeño Güero, quiero que tú seas su tía. Me has llevado al universo imposible de los fetos como perfectos oyentes de consejos. Gracias. Creo que mi madre me habló mucho cuando era feto, pero nunca me dio estos consejos tan sabios.
Cool. Estoy emocionado. ¿Puedes, por favor, decirle que vote por mì?

Mariella Villanueva dijo...

Cuando nazca el pequeño Güero, lo reuniremos junto con Peligrito, Claudita, Portito, Alecita, Jeccita, Lioncito y Tamicita para que jueguen Apendipolio y Zip Zap Boing. Salivale?
Y no te preocupes, Zigotin siempre será un fiel seguidor de la Güerocracia. De eso me encargo yo.

Anónimo dijo...

Lo maximo!!!!! Palabras sabias de la tia Mariella. Seras la mejor tia del mundo!!!!!!!! Gracias por eso!!!!!

Mariella Villanueva dijo...

Cool Aunt Mariella... debo ir entrenando...

miradas dijo...

Mariella tus palabras esta vez no son historias son hechos que ojala aprenda tu sobrinito y por supuesto luego aprenderan tus hijitos por que una tia asi vale la pena que sea mamá. dejame decirte:)

Jersson Dongo dijo...

señorita herminia,
son los mejores consejos que he podido leer por estos dias,

cabe decir, gran post.