Es un buen salvoconducto, el pasado.
A veces el presente parece no funcionar como quisieramos. Todavía no aprendemos a superar los baches y nunca ponemos las direccionales porque no sabemos en qué dirección iremos. Nos cansamos de tocar puertas y no recibir respuesta, nos aburrimos de contestar teléfonos.
Es ahí que saltamos back in the box.
Todos guardamos una caja con recuerdos del pasado. Ya sea esta caja real y esté metida bajo nuestras camas, o imaginaria y metida en nuestras cabezas, esta caja siempre existe.
Cuando el presente no me funciona, me meto en mi caja.
Es comodísima pues la conozco bien, y me acurruco en ella esperando sentirme mejor.
Lo malo es que el pasado es pasado, y en el momento que fue presente, no funcionó como quise y por eso lo dejé.
Así que nada... la caja la escondo. Y sigo tocando puertas.
(*Escuchando Walk on the Ocean, de Toad the Wet Sprocket)
1 comentario:
Yo guardo un caja grande de zapatillas Simple con todo mi pasado, en la división más alta de mi estante. Si no regreso es porque ahorita mi presente es mi caja del pasado a la cual regreso cada día hasta el cansancio. Esto tiene que parar.
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