Leyendo mis mensajes de texto me encontré con el siguiente mensaje, firmado por una M: "La proximidad ya no implica cercanía física, pero la cercanía física ya no determina la proximidad. Qué opinas? M".
En innumerables ocasiones me he sentido muy próximo a alguien a pesar de la distancia física que nos separaba. Con la distancia, Cecilia (mi hermana) y yo aprendimos a valorar los pocos minutos que tenemos juntas, a querernos más que nunca y a extrañar nuestros sábados empiyamadas viendo la tele acurrucadísimas en una cama para uno. La extraño y la tengo lejísimos, y a pesar de ello, la siento más cerca que nunca.
Por otro lado, he pasado también por la dolorosa experiencia de tener a alguien al costado y sentirlo lejísimos, desconectado, en otra sintonía. A pesar del deseo de sintonizarnos nuevamente tuvimos que darnos cuenta, a la fuerza, que estábamos en frecuencias diferentes, asíntotas, y que no nos uniríamos de nuevo. Esa falta de proximidad llevó a la distancia física, pues la cercanía ya no tenía sentido.
Sin embargo, la mejor relación de todas es aquella en donde ambas variables, proximidad y cercanía física, han entrado en juego. Nada como acurrucarte con alguien y, sin necesidad de decir nada, saber que te lee. y es que uno no solo lee con los ojos.
3 comentarios:
Que bien puedo sentirme al leerte por que no soy la única que "descubre" que se puede leer no solo con los ojos; sin embargo acotaría que solo los OJOS son LA leida.
Gracias por expresar lo que siento.
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