Sunday blues mis polainas

Que sunday blues ni que ocho cuartos.
Lo que tenía anoche no era sunday blues. Era una gripe de la refurinfunflais, la cual me ha tumbado sin misericordia hoy lunes. Me desperté a las 8am con calor, moco, dolor de garganta y de cabeza.

Estar enferma en diciembre no es una buena idea.
No solo porque no es rico abrigarse cuando es momento de estar desabrigado.
Eso no es todo.
Como en algún momento conté, en diciembre me lleno de melancolía por todo lo que pasó este año y hago la fuerte promesa de no cagarla tanto el año que viene.
Y no me gusta tener el tiempo libre para darle demasiadas vueltas a las múltiples melancolías y promesas.
Porque, como decimos con Pili, que rico se siente mirar todo al lado del camino.
Y bueno.
Ya termino este post porque no quiero que nadie se entere que bien al fondo, tengo sentimientos.

Mamáaaa donde está mi naranjadaaaaa