Resonancia Maléfica

Señoras y señores, amable público lector:
Sé que he estado ausente del blogomundo por infinidad de días. Déjenme decirles que no ha sido por flojera, dejadez, ni mucho menos. Ha habido una verdadera razón de fondo.

Estoy con la ciática.

Y déjenme decirles que cuando uno está con la ciática tiene ganas de mandar todo al mismisimo caracho.
Víctima de múltiples factores que, combinados, dieron como resultado un terribilisimo dolor lumbar que se extendía hasta mi rodillila derecha, he pasado las últimas dos semanas reposando en grandes cantidades, tomando medicamentos de prescripción (oh siiii!!!!!!) en grandes cantidades y quejándome en grandes cantidades también. El estar con la ciática tiene cantidades de cosas beneficiosas para el ser humano:
- Tienes la oportunidad de actualizarte en todos tus programas favoritos de TV
- Aprendes a ser toda una dama y sentarte correctamente lista para tomar el té
- Tu trasero, estoico y valiente, aprende a recibir con bravura cantidades de inyecciones
- Usas tu EPS. Vamos, no hay nada más increible que darte cuenta que el sistema de salud funciona. Increible Mike!!!

Sin embargo hay algo que definitivamente NO me gustó de la ciática. La resonancia maléfica. Tatáaaan!!!!!! (música de orquesta como cuando aparece el malvado de la radionovela).

Imaginense un gran tubo donde sabes que te van a meter, mientras vistes una tonta batita con tontos zapatos hechos de la tela de la batita. Pues así estaba yo el miércoles pasado. Sin anestesia ni preparamientos previos me metieron a este tubo (sin poder despedirme de mi mami que lisura!!!!!) donde, inmediatamente ni bien ingresé, osé abrir los ojos y vi que el tubo este era muy pequeño y una luz verde invadia el pequeño espacio. Angustiada y sobresaltada, le pregunté al doctor: Señor doctor, por favor, podría sacarme de este tubo para ver a mi mami???? Por supuesto que no me hizo caso y tuve que conformarme con los cariños de mi mami en el dedo gordo del pie. Caracho.
Por los siguientes treinta minutos fui bombardeada con ruidos BASTANTE perturbadores durante los cuales me imagine en un rave, en un concierto, en infinidad de lugares pacíficos y tranquilos para olvidarme que estaba atrapada en un ruidoso tubo y sin poder rascarme la ceja (es que me picaba mucho la ceja). Es que uno no tiene derecho a rascarse la ceja???? Quesehancreidotodosestos.
Finalizado el examen, sali de Resomasa con una extraña paz que retumbaba en todo mi esplendoroso ser. Al día siguiente me dieron mis resultados que confirmaron que no soy deforme, no tengo nada congénito ni ninguna enfermedad gravísima y horrorosa. El pronóstico seguía siendo el mismo: Seguir viendo todos los programas de TV y poner cara de haber chupado limón cada vez que camino más de media cuadra.

Pero hoy ya me siento mucho mejor.