lunes, junio 11, 2007

De hombres y zapatos

Los hombres son como los zapatos.
Señoras y señores, esta es una de las verdades indiscutibles del universo. El día que realicé este maravilloso descubrimiento (para mayores detalles, entrar aquí) sentí que había llegado a un estado filosófico de pura y total sabiduría. Absolutamente increible.
(Nota de la autora: Antes de que mi amable público masculino me abuchee, déjenme decirles que no lo digo con desprecio ni falso feminismo. Lo digo pues es quizás una de las pocas metáforas que me gusta y me funciona, y para quien me conoce, sabe que vivo en una eterna metáfora. Así que de ahora en adelante en este post, hablaremos en metáfora)
Mi amiga Seren no me dejará mentir cuando diga que zapatos hay miles; de todos los tipos, colores y formas. En lo que va de mi vida he tenido una cuota interesante de zapatos; y todos significaron algo en su momento y lugar. Algunos los regalé y olvidé, otros fueron guardados en las cajas de zapatos donde se guardan los recuerdos, en la repisa de arriba.
Tuve stilettos que usé por corto tiempo o para una sola noche. Eran preciosos pero a la vez inestables para caminar, lo cual produjo varias caidas y sacadasdemierda. Tuve de esas sandalias veraniegas, que solo duran una temporada, y que no ofrecen la suficiente protección como para abrigar durante el invierno. Tuve pantuflas como cancha: comodísimos para cortas caminatas pero ridículos e imposibles para largos tramos. Tuve zapatillas que me entraron cual guante y con las que corrí hasta el infinito y de vuelta, pero el cansancio y el agotamiento y las lágrimas y las heridas y tanta desorientación hicieron que de pronto me sienta tan poco yo con ellas que tuve que dejarlas y caminar descalza por un buen tiempo.
Ahora camino con unas botas preciosas; al principio el cuero era poquitomuchomuy duro, y no dejó que caminara fácilmente en ellas, pero con el tiempo el cuero se ablandó y siento que me quieren quedar bien, con todo el corazón. Creo que a ambas nos costó acostumbrarnos el uno al otro; a mi pie le salen ampollas con facilidad, a mis botas les gusta correr libres por todos lados. Pero mi pie se ha vuelto más fuerte, y mis botas se acostumbran paso a paso a mi paso aletargado: Me dicen "ya quiero correr!" y yo les digo "un ratito" y me dicen "ya". Me abrigan y no dejan que tenga frio, y son fieles compañeras de larguísimas caminatas por los malecones, mis caminatas favoritas. Tienen alma de Vans con rayas, pero en el fondo son de esas botas que no pasan nunca de moda. Hay días en que pierdo a mis botas, y me siento con el pie calato, hay dias en que nos separa una media y hay otros días en que no hay espacios entre los dos y si hay medias con hueco pues qué más da. Si bien están ahí, son impredecibles, y nunca sé los caminos por donde caminaremos y a veces me da miedo no saber a donde camino ni si quiero caminar por ahí con los pies ampollados. Pero sigo caminando. Porque botas iguales, com mis botas, nunca voy a encontrar. Son de esas botas que no te enamoran a primera vista ni te prometen cero callosidades, pero con las cuales -por esas razones de la vida- quieres seguir caminando los larguísimos caminos maleconescos por Miraflores.

*Escuchando will you still love me tomorrow, en versión Amy Winehouse.

14 comentarios:

Unknown dijo...

ERES UNA GENIO!!!! Nunca lo habia visto asi, pero es verdad!!!

Pili Chuez dijo...

y desde ese día, sigo buscando un buen par de zapatillas que sean cómodas, no hagan doler y no se malogren con el tiempo.

darling dijo...

Yo ahora ando en zapatillas Hi-Tec. Cómodas, confiables y 100% amorosas.

Serch dijo...

Mi estimada, dijiste que hablarías en metáfora... y el título del post es algo de hombres..
Osea, tas hablando de KID??
jejejejeje
:-P
PD: Queeeee maaaaaaaaaal..
jajajajajajajaja

Serch dijo...

Pili Chuez...
Yo encontré unas Adidas para skater (osea, recontra bajitas pes), colo arena con franjas azules en diagonal bravazas, super comodas y recontra durareras
:-D

Unknown dijo...

recuedo tu post anterior, totalmente de acuerdo, un climax filosofico.

y que tendrán esas caminatas en el malecon miraflorino? Puchis, me provoca un llanto :(

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo. Siempre lo supe. El problema es que yo me la paso buscando el zapato perfecto y, si me enamoro, me enamoro de zapatos increíbles pero al mismo tiempo casi inalcanzables. Y aunque a veces me digo, ok, adelante, cómpralos, no siempre hay en mi talla o exactamente el color que quiero. Soy una perfeccionista (auto)condenada al desamor, lo sé. Damn it! :'(

Jersson Dongo dijo...

maestra!!!



=(

Anónimo dijo...

Mmm nunca me he puesto a pensar que tipo de zapato sería... pero si me tengo que guiar por mis relaciones amorosas... siempre fuí más que el zapato, el piso.

Anónimo dijo...

como te va a odiar el kid

nooooooooooooooooo!

Pili Chuez dijo...

por cierto! ya no uso ese par de tacos asesinos! descubrí unos con menos taco, pero igual de bonitos!

Pili Chuez dijo...

Serch! buscaré esas Adidas!

Serendipity dijo...

Esas botas tuyas deben de ser lo maximo, para que las ames así de mal y le dediques este y otros post.

Que bueno que tus botas son super amiga, de verdad que me alegro aunque me molesto porque no me enseñaste las que te compraste la vez pasada.

Beso!!!

El Rojo dijo...

Ok, me pasaré toda la noche en vela pensando qué tipo de zapatos soy...