Las mañanas son mi peor momento. Detesto abrir los ojos, y darme cuenta de que es día de semana y que quiéralo o no, hay que ir a trabajar. Detesto salir a rastras de mi maravillosa cama, bañarme contra mi voluntad, ponerme ropa de trabajo. Detesto ponerme los lentes de contacto en mi ojo legañoso y detesto si es que alguien más en casa está leyendo la sección C del comercio cuando yo debería estar leyendo a calvin y hobbes, oscar y bilgueits y a ume mientras tomo mi jugo en el desayuno. Detesto salir a la calle, estirar mi mano y esperar que pare un taxi. Pero lo que más detesto son los señalizadores de Optimismo en Miraflores. Los detesto, los odio, y si debo escribir al alcalde de Miraflores para que los retire, lo haré.
¿Qué tienen de optimista dos chibolos con cara diabólica y two thumbs up? Seguro que ellos, mientras yo me dirijo al trabajo y empieza lentamente mi estrés matutino, están durmiendo plácidamente o pensando qué juego jugarán ese día o a quién mojarán por los carnavales. Por supuesto que sus días deben ser maravillosos y felices. Pero el mío nooo!!!!!!!! Y detesto que me refrieguen su optimismo en los 7 u 8 señalizadores que debo ver antes de llegar a la cuadra 10 de Pardo.
Señor Alcalde: Hágame un favor, hágame feliz de nuevo y quite el optimismo.
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