viernes, diciembre 30, 2005

Para vivir un año es necesario morirse muchas veces, mucho


Uno de mis favoritos, Angel Gonzalez.

(Cumpleaños de Amor)
¿Cómo seré yo
cuando no sea yo?
Cuando el tiempo
haya modificado mi estructura,
y mi cuerpo sea otro,
otra mi sangre,
otros mis ojos y otros mis cabellos.
Pensaré en ti, tal vez.
Seguramente, mis sucesivos cuerpos
-prolongándome, vivo, hacia la muerte-
se pasarán de mano en mano,
de corazón a corazón,
de carne a carne,
el elemento misterioso
que determina mi tristeza
cuando te vas,
que me impulsa a buscarte ciegamente,
que me lleva a tu lado sin remedio:
lo que la gente llama amor, en suma.
Y los ojos -qué importa que no sean estos ojos-
te seguirán a donde vayas, fieles.

(Muerte en el olvido)
Yo sé que existo
porque tú me imaginas.
Soy alto porque tu me crees alto,
y limpio porque tú me miras con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace inteligente,
y en tu sencilla ternura,
yo soy también sencillo y bondadoso.
Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie lo sepa.
Verán viva mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita...

No me olvides, por favor. Aunque nos olvidemos a los dos.